El famoso “reduce, reuse, recycle” ya no es suficiente. Se nos ha quedado corto. A día de hoy, que hemos llegado a tal punto de desgaste de los recursos y de contaminación del mundo, estas famosas 3 erres se nos quedan pequeñas.
Hace tiempo que visito blogs de ecología y sostenibilidad y he hecho un recopilatorio de las ideas principales que he ido viendo y llevando a cabo. Además he añadido alguna idea adicional, y estas son las 7 “R” para una vida más sostenible y eco-friendly que creo que todos necesitamos poner en práctica. Poco a poco, pero de forma consciente y firme. Es así como se consiguen los cambios y las mejoras.
7 ideas sencillas para una vida más sostenible y eco-friendly
1. Reflexionar
El primer paso es empezar por reflexionar sobre los hábitos de vida y consumo que tenemos y la repercusión que cada uno de ellos tiene en nuestro entorno. Al pararnos a pensar un poquito en ellos enseguida nos damos cuenta de que hay cosas que se ven claramente que no son sostenibles.
Un ejemplo claro y cercano es la cantidad de basura que se genera en cada compra. No es difícil ver que una simple caja de galletas lleve 3 envoltorios diferentes: una capa de plástico para dividir en varios paquetes, un cartón donde se guardan juntos los paquetes y otra capa de plástico que envuelve la caja. Y este es sólo un ejemplo, pero en los supermercados que acostumbramos a visitar todo está empaquetado y muchas veces sobreempaquetado. Todo este embalaje termina, irremediablemente, en los contenedores de reciclaje o en los vertederos, con el coste y el impacto medioambiental que supone cualquiera de las dos opciones.
Otro punto importante sobre el que reflexionar, es el origen de las cosas que compramos. Hacerlo marca una gran diferencia. ¿Qué materiales se han utilizado para fabricarlo? ¿En qué país se ha fabricado? ¿Hay sufrimiento animal o explotación laboral detrás de ese producto? Estas son sólo algunas de las preguntas que deberíamos hacernos antes de comprar algo, porque con cada euro que gastamos estamos apoyando que las cosas se hagan de una manera u otra.
2. Rechazar
Más allá de rechazar productos tóxicos, no biodegradables o no reciclables que resultan perjudiciales para nosotros o para el medio ambiente (que es importantísimo), debemos aprender también a rechazar todo lo que no necesitamos realmente.
Recuerdo perfectamente cuando estudiaba en Madrid, que había días en que se formaban colas de personas para recoger un “regalo” de promoción a la salida del metro, recuerdo incluso a personas que entraban y volvían a salir para tener por partida doble. Muchas veces participaba y otras me quedaba al margen. Porque para ser sincera, la mayor parte de las veces el artículo en promoción ni me gustaba ni me servía.
Sin embargo parece que estemos programados para aceptar todo lo que nos ofrecen. Pero si nos paramos a pensar con calma ¿a donde van a parar la mayor parte de esas cosas de “merchandising” que nos afanamos en coger en charlas, conferencias, promociones y demás? ¿Qué hacemos con la mayor parte de esos folletos, papeles o regalos publicitarios? ¿No es verdad que suelen ser cosas de poca calidad que se rompen enseguida y no nos resuelven casi nada? En mi caso todas esas cosas suelen solían acabar ocupando espacio y acumulando polvo en cualquier rincón de casa durante varios meses, antes de ir a parar finalmente a la basura.
Ahora procuro rechazar educadamente todas esas cosas porque la mayor parte de las veces son basura y no las necesito.
3. Reducir
“El resultado de la fórmula es evidente: menos bienes, menos gastos, menos explotación de los recursos naturales y menos contaminación y residuos. No hay que dejar de consumir, sino hacerlo con cabeza. Antes de adquirir un nuevo producto, conviene preguntarse si de verdad es necesario.” [+]
Creo que esta cita resume a la perfección la importancia de reducir en nuestro día a día. Como bien dice la frase, no se trata de dejar de consumir -es imposible-, sino de hacerlo de forma consciente y razonada, eligiendo productos de buena calidad y respetuosos con el medio ambiente, las personas y los animales, y valorando la necesidad real de cada compra.
4. Reutilizar
“Prolongar la vida útil de los bienes contribuye al ahorro doméstico y a disminuir el impacto ambiental. Los envases o productos de usar y tirar son la antítesis de un consumo responsable y ecológico.” [+]
Hay muchas formas de reutilizar las cosas. Usar bolsas de tela para hacer la compra, aprovechar botes de conservas para guardar comida o pequeñas cosas de casa, o comprar productos de segunda mano que están en buen estado son algunas de ellas. Pero existen muchas más formas de reutilizar que, a medida que empiezas a plantearte un consumo más responsable vas descubriendo y que, sin duda, no son difíciles de implantar y suponen un gran cambio.
5. Reparar
Este es una costumbre que hemos perdido de unos años a esta parte. Ahora tenemos el hábito de comprar barato y cuando se rompe tirar y comprar nuevo. Las industrias lo han promovido y nosotros lo hemos aceptado. El problema es que toda esa basura textil, tecnológica y de empaquetado tiene un impacto muy negativo sobre el medio ambiente, que sumado al impacto que supone el incremento de la producción hacen que sea un hábito no viable ni sostenible en el tiempo.
A la hora de comprar, mejor comprar productos de calidad. De esta manera tendrán una vida útil más larga y ahorraremos no sólo dinero sino basura. Porque como ya dije hace algunos posts, no es lo mismo comprar una tele cada 15 años que comprar una cada 5.
Es cierto que la obsolescencia programada existe y que las cosas tienen una vida útil planificada, pero debemos volver a pensar en la opción de reparar las cosas siempre que sea posible, antes de tirar y comprar nuevo sin ni siquiera plantearnos otras alternativas.
6. Reciclar
Tendemos a pensar que como separamos la basura en casa y la tiramos al contenedor correspondiente ya está todo hecho. Pero la opción de reciclar debe estar en este puesto número 6 de nuestra mentalidad sostenible, por detrás de la reflexión, la reducción y la reparación, porque el reciclaje tiene un coste económico y ambiental, aunque no sea una cosa de la que se hable a menudo.
Es cierto que reciclar es mejor que fabricar desde cero, porque se reduce la basura en los vertederos, se ahorra agua y energía y se emite menos CO2. Pero eso no quiere decir que el proceso de reciclaje sea la mejor opción posible. Por un lado porque tiene su impacto, y por otro porque muchos de los materiales no se pueden reciclar infinitamente, sino que soportan un número limitado de reciclajes y superados estos pasan a ser basura en el vertedero.
Así por ejemplo se estima que la fibra de celulosa puede ser reutilizada unas seis veces, mientras que el plástico sólo se puede reciclar unas 4 ó 5.
El proceso de reciclaje es, al fin y al cabo, un proceso industrial que necesita de recogida, almacenamiento, transporte y transformación y que, por lo tanto, genera gastos y residuos. Reciclar es bueno, por supuesto, pero hay pasos anteriores más beneficioso, como rechazar o reducir, que debemos tener en cuenta.
7. Reincorporar (Compostar)
Existe una opción sencilla y barata de reducir la basura de casa, y se trata de reincorporar las sobras orgánicas en el medio ambiente, en forma de compost.
El compost es un fertilizante natural que se forma a partir de desechos orgánicos de restos de comida, frutas y verduras, aserrín, cáscaras de huevo, restos de café, trozos de madera, poda de jardín (…) que se obtiene de manera natural por descomposición.
Así como la basura orgánica en cielo abierto en vertederos resulta ser un foco de infecciones y malos olores, una buena política encaminada a reciclar los materiales orgánicos de forma adecuada reduce la contaminación y fomenta la producción, reconstruyendo la estructura de la tierra y devolviendo a la naturaleza los nutrientes que la actividad del hombre ha tomado prestados previamente.
Si bien es cierto que hasta ahora no he visto contenedores para compost, sí que hay formas de hacer compost en casa (con muchos videos y blogs al respecto en la red) y seguro que más de una alternativa local. Yo por ejemplo llevo mis restos orgánicos a un huerto urbano ecológico que hay cerca de casa donde se hace compost que luego se aprovecha para nutrir la tierra. Y también he empezado a hacerlo en casa, en poquita cantidad.
Debemos, como consumidores, comprometernos con el cambio hacia un estilo de vida más sostenible porque la humanidad ha duplicado en los últimos 40 años su huella ecológica global. En España, por ejemplo, se necesitan casi 3,5 veces la superficie de país para satisfacer el nivel de desarrollo actual. Este dato sitúa a nuestro país entre las regiones que más presionan a la naturaleza.
Y por otra parte debemos también, como consumidores, tener una participación activa en las actividades que influyen en nuestra vida cotidiana, no sólo adquiriendo nuevos hábitos de vida y consumo, sino reclamando y exigiendo actuaciones que contribuyan a mejorar el medio ambiente y la calidad de vida de los ciudadanos.
Los consumidores somos, al fin y al cabo, la base del sistema productivo y nuestras decisiones de compra pueden modificar las tendencias del mercado.
Es momento de comprometernos con nosotros mismos, con los demás, y con nuestro entorno, para empezar a hacer cambios en nuestro día a día y reeducarnos para una vida más sostenible. Yo propongo estas 7 ideas que podemos empezar a poner en práctica para cuidar nuestro planeta como se merece. Todas ellas son importantes y mejor si son en este orden.
¿Se te ocurre alguna más?
Ecofoodieblog
Hola! Me gusta mucho tu entrada y se nota que es un tema trabajado por tu parte.
Yo añadiría REINVENTAR.
Puede sonar similar a las anteriores pero no del todo. Según mi punto de vista, cuando compramos algo, de calidad a ser posible como comentas, entra en nuestras vidas de alguna forma, en nuestra casa, se apropia de nuestras costumbres, olor, etc por lo que si deja de tener su uso inicial tenemos y debemos buscarle otro uso, debemos reinventarlo.
O es que cuando nos enfadamos con alguien la desechamos de nuestras vidas sin más?
Rut
¡Gracias por la propuesta!
Sí, es cierto, hay determinadas cosas que después de un tiempo dejan de servir para lo que inicialmente pensábamos, y como dices, una opción adecuada sería reinventarlo para que siga siendo útil. En ese caso también podríamos regalar o donar, si creemos que a nosotras no nos servirá más. O si acaso, para no desprendernos del todo, compartir o prestar a alguien durante una temporada podría ser también una buena idea.
Muchas gracias por el aporte.